jueves, 16 de noviembre de 2006

El sentido de la maravilla: un homenaje a Jack Williamson


Estimado visitante, ¿qué me podrías decir acerca de la estrella de Barnard? Que es una estrella rojiza no demasiado lejos del Sol, de hecho me aventuraría a decir que es una de las más cercanas, después del sistema triple Alfa Centauri. Quizás alguien añadiese que es la cuna de unos seres infames de aspecto medusoide, todo el aspecto de unos clásicos BEM, que han conseguido con su espantosa tecnología modificar el movimiento de su estrella para que se acerque a otras y así ocupar sus planetas, una especie de sol corsario, en palabras del propio Jack Williamson. ¿Qué nos puede salvar de la invasión y la colonización de la Tierra por esos seres? Por supuesto el AKKA, el misterioso arma cuyo secreto sólo conoce la encantadora Aladoree. ¿Pero y si ella ha sido secuestrada por estos monstruosos y repugnantes alienígenas? La respuesta es clara: la Legión del Espacio. ¿Y si ésta ha sido desmantelada e inutilizada fruto de la traición de sus superiores que se han aliado con las medusas cegados por un afán imperialista? Bueno, entonces la cosa empieza a pintar mal; es el momento de las gestas individuales, de la aparición de un héroe que con la ayuda de un puñado de escogidos e infatigables amigos viaje hasta la estrella de Barnard, libere a Aladoree y detenga a los traidores. Qué decir que el planeta que orbita la susodicha estrella está plagado de inmensas junglas, infestadas de monstruos de mil tipos diferentes, y que la fortaleza en la que está encerrada la chica es poco menos que inexpugnable.
Si todo lo dicho hasta aquí les suena es que han leído La legión del espacio, de Jack Williamson. No pretendo hablar de la inverosimilitud de todo ese argumento, ni de la falta de rigor científico, sino del estremecimiento que sentí al leer esas páginas que despertaron en mí el sentido de la maravilla, la capacidad de asombrarme y de sumergirme en un universo distinto. Jack Williamson me proporcionó todo eso.
No sólo La legión del espacio acude a mi memoria al recordar mis inicios como lector de ciencia ficción. Con respecto a Williamson no cabe sino nombrar también Más oscuro de lo que pensáis. Un amigo al que le dejé el libro estuvo esperando hasta la última página a que se produjese el contraataque de los humanos que acabase con los planes del Mesías Oscuro y los homo licanthropi; al no producirse éste afirmó que la novela acababa mal. Final tan inquietante como el de Los humanoides, ¿es deseable una felicidad que proviene de un lavado de cerebro? Ambos finales me parecieron bastante originales para una época (los años treinta y cuarenta) en la que la ciencia ficción estaba bastante edulcorada.
Ahora ya no podrá volver a esribir. El pasado 10 de noviembre falleció a la edad de 98 años todavía en activo. Que sirvan estas palabras como agradecimiento y recuerdo. Gracias, Jack, por todo lo que nos has dejado.

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